El acompañamiento de la Doula en el bienestar de las madres


                         "Cuidando la salud mental de las madres"                            
Madrid, 3 de diciembre de 2016
                           
                  Ponencia: El papel del acompañamiento de la Doula en                                       el bienestar de las madres                      

Con motivo de la celebración de esta primera Jornada, fui invitada a participar para aportar mi experiencia como Doula. Y puesto que quiero visibilizar esta figura al máximo, aquí os dejo la mayor parte de mi exposición.


"Hola. Me llamo Concha Villarroya, soy madre de una chica y dos chicos,  y abuela de cuatro nietos.  Y soy Doula.  Feliz por pertenecer a la primera promoción de la Formación en Salud Mental Perinatal Terra Mater.
Gracias a Isabel Fernández del Castillo y a Ibone Olza. por haberme invitado a participar en esta Jornada para aportar desde mi experiencia.

Puesto que acompañar como Doula no es una actividad oficialmente reconocida ni homologada, no voy a ser corporativista y no hablaré por todas las Doulas, sino que lo hago por mí y por aquellas con las que coincido en criterios.

Quiero decir, para quien no lo sepa, que la Doula es una mujer con experiencia y formación para acompañar emocionalmente a otras mujeres en procesos de maternidad, y cuando digo acompañar quiero decir estar junto a ella, sin cambiar sus decisiones y sin interferir en su proceso sea cual sea.

La Doula no actúa como psicóloga ni terapeuta aunque sea esa su titulación, por tanto su acompañamiento no es con intención de sanar ni de cambiar o corregir conductas.

Soy Doula porque amo lo que hago y porque estoy convencida de que la mujer en momentos como estos, ha de ser acompañada por la persona que ella elija, sin imposiciones, sin concesiones…

Las mujeres que quieren contar con una Doula durante su maternidad son mujeres informadas que saben lo que quieren y se hallan en distintas circunstancias: mujeres que tienen a su pareja lejos, madres solteras por elección,  parejas que no quieren estar presentes en el nacimiento de sus hijos, mujeres que no quieren que sus parejas estén presentes o simplemente mujeres que quieren estar acompañadas por otra mujer de su confianza. La mayoría de las que yo he acompañado han sido mujeres con estudios universitarios. De cualquier modo, todas buscan una figura maternante,  y en mi caso creo que influye la edad, mi experiencia como abuela, mi experiencia de vida…

Aunque algunas mujeres comienzan a estar con una Doula desde la búsqueda de su embarazo, lo más habitual es acompañar durante la gestación, en el parto, en el establecimiento de la lactancia y en el puerperio inmediato.  Hay mujeres que no contemplan los primeros meses del posparto como fase a cuidar, quizás porque se ha hablado poco de él, quizás porque una vez el bebé está en el mundo la madre pasa a segundo plano.

El estado emocional de la mujer va a influir en que su maternidad sea gozosa o no, y especialmente va a marcar su parto pues, lejos de las preparaciones al parto convencionales que se suelen hacer,  lejos de las clases de yoga, pilates, matronatación o cualquier otra disciplina física aplicada con el fin de conseguir un “buen parto”,  es la mujer con sus emociones, su historia,  la relación con su madre, la situación de sus heridas personales… quien será responsable inconsciente del funcionamiento del parto y posparto inmediato. Y me temo que esto no se contempla como se debería ya que en demasiadas ocasiones las expectativas se centran en el hospital, en el médico o en la matrona elegidos, en el plan de parto,  en cualquier preparación anteriormente citada… incluso en el acompañamiento de una Doula. Y nada más alejado de la realidad.  Creo que el parto es el momento de la verdad y que, citando a Gayle Peterson (1)  cada mujer pare como vive.

Y tengo el sentimiento de que, generalizando, en las mujeres hay un miedo a indagar en sus vidas cuando algo no funciona bien, especialmente durante la maternidad.

Volviendo a mi manera de actuar como Doula, quiero decir que cuando me encuentro en una situación que va más allá del mero acompañamiento, tengo por costumbre remitir a un profesional cualificado, ya que poseo a mi alrededor personas expertas en varias disciplinas: una IBCLC en el caso de problemas con la lactancia que excedan de mi competencia como asesora, una enfermera nutricionista cuando se presenta alguna situación relacionada con hábitos de alimentación, una fisioterapeuta cuando se trata de algo relacionado con el suelo pélvico, y una psicóloga perinatal para casos de posibles psicopatologías en la perinatalidad.

Antes de formarme en Salud Mental Perinatal, me llamaron la atención situaciones de las mujeres que acompañaba que me indicaban que algo no marchaba bien. Después de la formación, he revisado esos mismos casos y estoy convencida de la necesidad de ayuda.

Cuando acompaño como Doula a mujeres embarazadas, se establece un lazo de intimidad y de sinceridad que no suelen establecer con otras personas, y en ocasiones, ni siquiera con su pareja.  Me cuentan cosas que no les dicen ni sus madres ni su mejor amiga…

A menudo me encuentro con que a las mujeres les cuesta darse su propio espacio, tal vez por el tipo de educación o tal vez como consecuencia de haber minimizado los cambios emocionales durante los procesos de maternidad. Me encuentro con mujeres que dan prioridad a lo que las parejas quieren por encima de sus propios deseos…

Otra de las situaciones que me encuentro es que la mujer, a pesar de que sepa que algo no funciona bien, rechaza la terapia. Cree que es algo pasajero, que ella podrá solucionarlo… y hay casos en los que se mantienen en situaciones angustiosas. Hay algún mecanismo por el que rechazan la ayuda exterior…

Y veo con frecuencia que es muy difícil que una mujer busque ayuda si no es consciente y no quiere hacerlo. Lo veo en los acompañamientos y lo veo en otros círculos.

Las mujeres que he acompañado hasta el nacimiento, han parido como ellas han deseado, en partos naturales no medicalizados excepto en dos casos que solicitaron anestesia epidural. Todas relatan satisfacción al haber tomado la decisión de este acompañamiento que en ningún momento interfirió en la relación con su pareja, con su familia. Puedo decir que se han sentido refortalecidas como mujeres desde un mayor autoconocimiento y confianza.

Desde mi trabajo final en el curso de Salud Mental Perinatal, coordino un Círculo de Maternidad en mi ciudad donde se les da a las mujeres que quieran venir la oportunidad de hablar de sus partos, de sus lactancias, de sus experiencias tanto si han sido traumáticas como si han sido placenteras. Es un circulo sin intenciones terapéuticas pero que cumple un importante papel: el de hablar, de soltar aquellas cosas que no pueden comentar en otros ámbitos, incluso a veces ni a sus parejas.

Destaco que muchas de las mujeres que han venido son extrajeras que están sin red de apoyo real. Allí han llorado contando sus experiencias, su soledad social y familiar, su soledad profunda…

Mujeres con pérdidas gestacionales que me han pedido una cita a solas porque se han tragado su dolor sin poder hablarlo con nadie. Mujeres que han descubierto que sentirse mal no es lo normal luego de haber parido, que se dan cuenta de que amamantar no duele cuando llevaban tiempo con grietas sangrantes. Mujeres que no saben a quién contarle todas estas cosas que sienten porque en algunas ocasiones que han ido a la matrona les han dicho que no tienen tiempo para atender llantos cuando hay 40 mujeres en espera, o que sus propias parejas les dicen que por qué lloran si todo está bien y tienen un bebé precioso… mujeres que solo querían que alguien las escuchara sin juicios y las abrazara.

Y es que en el acompañamiento cara a cara, cuerpo a cuerpo, se abren canales de comunicación donde las mujeres manifiestan lo que sus almas se callan.

Como he dicho al principio, desde que he terminado la formación en Salud Mental Perinatal, tengo muchas más herramientas para comprender mejor las emociones de las mujeres a las que acompaño.

Creo que la detección temprana de ciertas situaciones facilita el acceso a la intervención profesional y por eso, ahora doy más importancia, si cabe, a una buena gestión de acompañamiento durante todo el proceso.

Gracias por vuestra escucha".


(1)  Gayle Peterson, MSSW, LCSW, PhD es una terapeuta familiar especializada en el desarrollo prenatal y familiar. Vive en California (EEUU) Ella forma a profesionales en su modelo de asesoramiento prenatal y es la autora de "Un parto más fácil", "Parto normal" y su último libro, "Making Healthy Families". Sus artículos sobre las relaciones familiares aparecen en revistas profesionales. Es una experta frecuentemente citada en las revistas populares como el Día de la Mujer, maternidad y la crianza de los hijos. Ella es un miembro clínico de la Asociación para el matrimonio y terapia familiar y  con la Asociación Nacional de Trabajo Social.


Comentarios

  1. Totalmente
    En la maternidad es habitual sentirse sola e incomprendida
    Pocas veces encuentras apoyo emocional en tu parto ni que decir en el postparto
    Solo con poder reunirse y hablar con mujeres en situaciones parecidas o que han pasado por ello alivia mucho
    La maternidad en solitario es difícil

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    Respuestas
    1. ¡No había visto este comentario y te pido disculpas por ello. Si, tristemente son muchas las mujeres que caminan en solitario aún teniendo pareja, gente al lado. Y la maternidad en sí ya es lo suficiente compleja como para vivirla a solas. Suerte que ahí estamos algunas mujeres, simplemente... apoyando.
      Gracias por compartir tu opinión.

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