Feliz no-cumpleaños. Con Amor.


Mañana, día de Reyes, hubiera cumplido 74 años.  Pero hace cuatro meses que se fue.
Hay personas que dejan huellas profundas en la vida de otras, por varios motivos. Ella ha sido una mujer que ha dejado en todos los que la hemos conocido una huella de Amor.
Y porque nunca la podré olvidar, esta es mi felicitación de cumpleaños.  O como dice el conejo de Alicia, feliz no-cumpleaños. Aunque mientras permanezca en mi recuerdo, estará viva en mi corazón.

“Todos la llamaban Alegría a pesar de estar bautizada con el nombre de Carmen y para la familia era la tía Alegre. Tras un largo y doloroso proceso de enfermedad se ha ido con 73 años. La herida que ahora se ha quedado abierta en el corazón de las personas que la conocíamos, que la amábamos, se cerrará poco a poco, lentamente en el tiempo, cuando pensemos en ella al recordarla con todo lo que nos ha dejado, con sus palabras de cariño, con su generosidad extrema, con su apoyo incondicional, con su Amor, con su Alegría…
Aunque hemos seguido día a día su proceso y éramos conocedoras de que se acercaba el fin, no pensamos que estuviera ahora tan cerca. Pero sus hijos, viendo que el final estaba cercano se pusieron en comunicación urgente con su familia: la hermana de su madre y sus primas. Mi madre y mis hermanas.
Decidimos viajar a Barcelona el viernes en el tren de las 15:00 h para estar allí a las 18:00 e ir directamente al hospital con el fin de darle nuestro adiós, nuestra bendición para la partida. Nos recogería otra de mis hermanas, quien vive allí y ha compartido con ella, desde el principio, este proceso de desapego a la vida…
Durante toda la mañana me sentí muy inquieta, una gran desazón intentaba apoderarse de mí pues sabía que la despedida no iba a ser fácil, aunque cada una de nosotras ya la había hecho a su manera, aunque mi amada tía y yo ya la habíamos realizado en el mes de junio en silencio y con dolorosa complicidad. Aún así, me sentía nerviosa y dando vueltas por mi casa me detuve ante una fotografía que tengo en el salón, de ella junto a mis primos. Me detuve, la miré y le dije “Adiós tía, por si no llego a verte”. Las lágrimas rodaron por mis mejillas y me serené.
A los 20 minutos más o menos de este hecho, una llamada telefónica de mi hermana, la que vive en Barcelona, me comunica que la tía ya se ha ido…y se me ponen los pelos de punta, la piel erizada. La había sentido tan cerca apenas unos minutos antes… Ahora mi pena se centra en cómo se lo hago saber a mi madre con 83 años, de salud delicada y con una adoración infinita por su hermana menor. Se me parte el corazón de sólo pensarlo.
Pero tengo el apoyo de mi hermana pequeña, lo tenemos ambas mutuamente, y la telefoneo para decírselo. Se queda callada, entreveo un sollozo a través del auricular y con la voz entrecortada me comenta que hacía media hora más o menos, al recoger a su hija del colegio le habían entrado unas ganas inmensas de llorar y se ha dejado llevar. La niña al ver así a su mamá, sin motivo aparente para el llanto, le ha preguntado porque lloraba y ella le respondió que tenía mucha pena y necesitaba hacerlo justo en ese momento.
Nos encontramos las tres en la estación, pero antes de subir al tren creímos oportuno decirle la verdad a nuestra madre para que la impresión no fuera tan fuerte al llegar al destino. Mi madre comenzó a llorar serenamente, expresando su dolor con calma, y con una entereza impresionante nos dice que ya se lo imaginaba porque, hacía una hora más o menos que la vela que ella le tenía encendida a su hermana se había apagado y tantas veces como intentaba encenderla de nuevo se volvía a apagar, lo que le transmitió que su hermana ya se había ido.
Mi madre ES una mujer sabia. Y nuestra querida Alegre, sabedora de que no íbamos a llegar a tiempo, quiso despedirse de cada una de nosotras.
El fin de semana ha sido intenso, hemos palpado el dolor pero hemos convivido con el Amor, con el gran amor que esta mujer tenía hacia sus hijos, hacia sus nietos, hacia su hermana, hacia sus sobrinas, hacia todos y cada unos de los miembros de su familia. Porque aún a pesar de su ausencia, ese sentimiento estaba presente en todos nosotros.
Todas las personas que vinieron a darle la despedida coincidieron en resaltar lo mismo, la gran Alegría que manifestaba y que transmitía allí donde estuviera. Y algunas así lo reflejaron en el libro de condolencias.
Alegre sido una madre atenta y solícita, una hermana protectora, una tía generosa y cómplice, una amiga para tod@s. Ha sido todo lo bueno que se puede juntar en una persona, ha vivido su enfermedad con serenidad, sin lamentos, con sus miedos y su pena que ha sabido compartir en algunos momentos, pero que en otros se ha callado para proteger a los más vulnerables en estos momentos: sus hij@s.
Cuando hablo con alguien de la generosidad como una virtud de las más necesarias para llevar una vida en armonía, siempre he mencionado a mi tía Alegre como una de las personas más generosas que he conocido en mi vida, y solo he conocido a dos.
Vuelvo dar gracias a la Vida por haber tenido en la mía a una persona como ella, por haber estado cuando la he necesitado, por haber sabido callar, por haber hablado en su momento, por todo lo que me ha enseñado y por lo que también me ha ocultado.
Y creo, ahora más si cabe, en la conexión entre personas con un mismo sentimiento que hace de hilo conductor. Creo en una sintonía especial que se pone en marcha cuando el corazón, aún con dolor, está henchido de paz y es capaz de canalizar la emoción hacia algo más superior, hacia algo que perdura por mucho que los años pase: el Amor.
Gracias tía por haber estado, por haber sido. Permanecerás en mi corazón y en el del resto de tus seres queridos hasta que llegue el momento del encuentro.
Con Amor
Concha (tu “sobri” de Valencia)”
 
http://doulasalicante.blogspot.com/2010/09/despedidas.html

Comentarios

  1. Para ciertas ausencias no hay palabras... aunque como bien dices sea ausencia sólo en un sentido, porque quizá en otro esté más presente que nunca. Un abrazo fuerte, y enhorabuena por haber tenido la suerte de compartir tu camino con alguien tan especial...

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  2. Concha, me has emocionado mucho...
    vaya fuerza hecha mujer!!
    y estuvo acompañada de grandes mujeres,¿no?

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  3. No es casualidad que cierto tipo de mujeres nos atraemos, formamos nuestro círculo en el alma.
    Ella fué sin duda una mujer muy especial que dejó en mi una gran huella.
    Pero tengo la fortuna de seguir encontrando en mi camino a mujeres especiales... como vosotras.
    Gracias, como siempre, por estar.

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